Empezaremos con una introducción sobre por qué debe asumir la responsabilidad para la prevención de la explotación y los abusos sexuales.
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Aunque solo unas pocas personas cometen explotación y abuso sexuales, estos actos atroces empañan negativamente todo lo que hace la ONU.
Cuando estos actos salen a la luz, todo por lo que hemos luchado tanto pasa a segundo plano.
Nuestro buen trabajo queda opacado por la indignación que surge después. El gobierno anfitrión perderá la confianza en la ONU. Las comunidades locales nos darán la espalda. Le fallaremos a aquellos que necesitan nuestro apoyo.
Usted podría decir: me uní a las Naciones Unidas para ayudar y proteger a las personas vulnerables en algunos de los lugares más problemáticos del mundo. No me uní para ser la policía de la moralidad.
Es cierto. Pero todo el personal de la ONU tiene la responsabilidad de prevenir y responder a la explotación y los abusos sexuales, y como jefe o jefa de oficina o departamento, tiene obligaciones adicionales inherentes al trabajo.
Al mostrar liderazgo en la prevención y el tratamiento de los casos de explotación y de abusos sexuales, está marcando la pauta desde el nivel más alto de nuestro compromiso colectivo con la tolerancia cero para dichos actos.
Se preguntará: ¿Cómo puede la ONU hacerme responsable de los actos de una mala persona a la que simplemente superviso?
Está en lo cierto. La ONU no lo hace responsable de actos de explotación y abuso sexuales que cometieron otras personas. Cualquiera que cometa tales actos será personalmente responsable de sus propios actos.
Sin embargo, como jefe o jefa de oficinas o departamentos, usted es responsable de crear y mantener un entorno que prevenga la explotación y los abusos sexuales y de actuar con firmeza cuando se producen tales actos.